No
son brillantes caprichos;
Son
oscuras y fugitivas ilusiones
Como
amante adolorido
Sin
casa ni prisión;
Cuando
el Alma aprieta fuerte
Perdóneme
Dios la vida;
Y
la insolencia ejercida en cada renglón
Más,
no me vale la causa ni la pena
Ni
vivirla ni perderla;
Va
más allá de la indiferencia
Del
pecado o la visión
Nada
sostiene, nada liga
Pasan
los ruidos a lo lejos
Y
mi cuerpo sobre el mar
Ahoga
sordas las palabras
Dejando
lejos la verdad.
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