viernes, 5 de mayo de 2017

Vocaciones y Servicios

Dejarse interpelar es peligrosamente virtuoso ¿Qué  más se puede sacar en limpio del acto de re-flexionar? Se sabe que el hombre empezó  su gran proceso al momento de ser capaz de pararse en "dos patas" lo cual automáticamente hizo que la cabeza se levantara y por tanto la mirada ya no estuviera puesta solo en el suelo limitado. Desde esta nueva posición fue capaz de levantar La mirada y descubrir este horizonte.
Tal como lo hizo el italiano Bruno Giordani al  derribar el limitado telón, revelando así ese universo infinito.  Así mismo los humanos dilucidamos nuestra experiencia en el mundo y los significados que le atribuimos a la existencia.
Es esta reflexión un poco angustiosa del sentido de la vida, la que nos hace seres sociales, porque nos impulsa a pensarnos en el mundo, levantando la mirada hacia un otro:

                                    ¡amigo,! ¡Hermano! ¡Semejante!

o por lo contrario..
                               ¡Peligroso ¡Diferente! ¡Enemigo! ¡Bárbaro! ¡Otredad!

Sin duda,  levantar la mirada  nos interpela y podemos escoger los limites de esta interpelación. Podemos sobrecogernos o volver a mirar solo nuestros pies, pero esto ya implica la libertad que tenemos para elegir que camino seguir según nuestra escala de valores o fines, aceptando en medida que esto es influido en mayor o menor grado por factores externos presentes en toda sociedad.

Si bien es cierto  que hay estructuras sociales que nos mueven e influyen o que nos norman y rigen e interiorizan patrones a través de procesos tales como el de socialización, también es legitimo analizar qué valor le asignamos a la acción social, la libertad, dinamismo y cambio de las personas dentro de estos patrones y espacios micro  sociales.  Asumiendo ya lo anterior hace sentido preguntarse lo valioso que es la construcción de la realidad en la interacción social y el como estas interacciones y patrones externo trasmitidos son interpretados, interiorizados para posteriormente ser exteriorizados a través de la acción, como también  el significado que adquiere la producción de conocimiento único y particular  que emana de la interacción contructivista .

Dicho todo lo anterior  analizo mi persona a través de mi vocación, que gran dicha y regalo es poder entender, sentir y concebir nuestra vocación, nos pensamos entonces, como seres sociales, nos pensamos entonces junto a un otro.  Por lo mismo nos visualizamos como personas de cambio, que ejercen fuerza transformadora a realidades  y construcciones que nos interpelan en lo más interno, en nuestras formas de entender, explicar e interpretar el mundo, nuestro país, nuestra ciudad, nuestro barrio, nuestros amigos, nuestras familias, nuestros trabajos. 

¿Qué significa la vocación bajo este escenario? implica el gozo del servicio, de sentirnos responsables de nuestros actos, de sentirnos responsables de la construcción de  aquello que nos gusta pero por sobre todo de aquello que nos incomoda. Nos hace ser más activos, solidarios, serviciales y ciudadanos.
Todos tenemos alguna facilidad, talento o interés con el cual poder aportar y aportar-nos.
La acción de poner nuestra vida al servicio, conlleva a ser hombres y mujeres nuevos, luchando con las tensiones existentes para ser cada día mejores, nos lleva a regalar nuestros dones, pero también a valorarlo y trabajarlos. 
Sin duda nuestra profesión, actividad u oficio sea cual sea, nos permite tener ciertos roles y funciones con los cuales podemos generar cambios, desde lo más simple a lo complejo, desde lo más complejo a lo más sagrado. 
Como trabajadora social tengo el deber ético de señalar la responsabilidad enorme que implica la libertad pero también, el gozo infinito de darnos, de colocar nuestros conocimientos, experiencias y herramientas en pos de una construcción más justa, para ello es preciso des-construir y volver a narrar la historia, en mano y poder de todos/as. Hombre y mujeres rasgando el telón de fondo, abriendo paso  a un horizonte infinito que justifique el esfuerzo de dejar de mirarnos los pies e inclinarnos hacia el futuro.

jueves, 4 de mayo de 2017

Presentación

No tengo impulso ni buena ortografía 
Me corone hace tiempo como ilusa en el tema
llevo años forzando mi cadena e insultando mis vicios.
No tuve oportunidad más allá de la ironía
No temí plantearme mi falta de talento 
Ni gritarme duramente que la carecía
En el transcurso de los años siempre indolentes 
Me repetí sin cesar lo que temía 
Me abofetee sin darme juicio alguno
Sólo para anestesiar mis heridas y entender que mi única falta de talento es...
Mi poca capacidad para entender bien la misma demandada palabra.

¿Quién podrá?

Cuando el mundo se vuelve limitado
Cuando los límites se vuelven mundanos
Cuando la noche esta oscura;
Y cuando la oscuridad me aterriza
¿Quién podrá? ¿Quién podrá cargar mis huesos?
Beber de mi amargura, tomar mi cruz ¿seguirme?

Cuando la vida se torna gris
Cuando lo gris reformula la vida
Su existencia, su agonía, yo aún sigo ahí
Los cuándo, los donde, los quienes
Levitan, flotan y se apagan frente a mi presencia

El mundo entero se inflama y salta 
entre cosquilleos sutiles 
Y a pesar de la lluvia tú sigues ahí
¿Quién podrá?
Quizás muchos pudieron, mas nunca los vi...



A Moisés Segura

Los columpios, el barro, la plaza
Los perros, los juegos, tus palabras
La ingenuidad era parte de mis pasos
Tan real, tan sólido tan cálido

Maldigo los cielos por arrebatarme
Maldigo los años por marchitarte
La tierra por taparte con un grito final

Como si la tierra tomara una horrible venganza
No alcanzaba a entender que era por siempre
Quizás aún no lo entiendo
Aún te busco de regreso entre tantos rostros ajenos

Te recuerdo, aunque quizás no a ti
Entre más busque
Menos exactitud;
Tu voz, tus ojos, el pelo, las manos
Volando lejos, desintegrados
Lejos de mi alma, de los sueños
De los proyectos que no alcance a contarte

Los Columpios, el barro, los juegos
La parra, los reyes, el obrero
La justicia, el amor, la lucha
Aun retuercen mis entrañas
En tu encuentro.

Levanto tu memoria
Olvido las palabras
Imposible las acciones
Calló tu voz;
Más, yo la retomo
Promoviendo la justicia
De tu pueblo, sangrante

Descansa que la vida

Hará lo suyo, por su parte.

Mi Vida

No son brillantes caprichos;
Son oscuras y fugitivas ilusiones
Como amante adolorido
Sin casa ni prisión;
Cuando el Alma aprieta fuerte
Perdóneme Dios la vida;
Y la insolencia ejercida en cada renglón

Más, no me vale la causa ni la pena
Ni vivirla ni perderla;
Va más allá de la indiferencia
Del pecado o la visión

Nada sostiene, nada  liga
Pasan los ruidos a lo lejos
Y mi cuerpo sobre el mar
Ahoga sordas las palabras

Dejando lejos la verdad.

A Santiago


Te  conocí sin tener conciencia de tu pasado
Te miré sin saber bien si eras mío
Te recorrí sin conocer tus recovecos,
Sin embargo, me envuelves  entre cerros e historias.
Santiago, no recuerdo exactamente, cuando te hice mi tierra
De la mano de los viejos conocí muchos cuentos,
Plaza de Armas entre ellos, uno de los más delirantes.
Y ahora al final de mi viaje
Al declinar mis guerras,
No tendré conciencia de cuando deje de ser un viajero de tus calles.
Calles espantadas a gritos, teñidas de rojo

Llorando en  mis solitarias noches de angustias.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Del infortunio a la desgracia

Del infortunio a la desgracia
Se dice, se aprenden grandes cosas
Y la verdad es que hasta ahora
Vacía tengo la memoria

Siempre hay derroches de futuros y caminos
Y pareciera que pisé sólo abismos
Pero te puedo ver...
Al fin Luz de esperanza
Dulce estrella, dulce amor en mi ventana
Y en la desnudez nadie nos quita ni reclama
Que el pasado, que el presente y el futuro

Lo echamos a espaldas del vacío el infortunio y la desgracia.

Las palabras


Transparentes, molestas y solitarias
Sordas, mudas y perezosas
¡Hay como duele escucharla!
Y para evitarla mucha sangre derrochan
Pero eres más pura que ninguna
Generosa en los perdones.

Pesada, inapropiada, ¡Que sería sin ti!
La política no sería más que una justiciera
Y la justicia tu cara más ancha
Tu cuerpo acompañaría las proezas

Ahora entiendo porque Dios cobija tu Alma.

El Cardenal

Era  impensable el horror de aquellos días, en los cuales  el invierno se apodero por completo de la ciudad, las noches fueron arrancadas de las entrañas de la tierra, y  lanzadas a punta de patadas y sangre.  Cuando unos pocos deciden traicionar a los suyos, desconociendo su raza y su calidad humana, es cuando más brilla la justicia, como un soporte en medio del temblor, como un lugar cálido entre tanta maldad; El Cardenal fue uno de ellos,  ya que nos robaron los destellos azules, pero el no dudo en defenderlos, sin gritos, sin armas, sino con la palabra más temida del mundo… La Justicia. 

De lo cotidiano

Como una chispa reluciente que al conocimiento ataca
Me doy por informada, que la vida está construida ...
Lamento entonces mover el calendario de prisa;
Tras lo meses que se resumen años y vida compartida
Yo observo desde arriba, cual espectador al desastre,
El vacío inmenso de la nada tan llena de todo y vacía de nada.

De lo cotidiano florecen experiencias,
De lo humano palizas y golpes
De lo imposible algunas certezas
De lo divino  se apaciguan las incertidumbres
¡Que tensiones más humanas!
 Marcando divinidades en la contradicción
Somos un tejido de nada y todo
Husmeando y plasmando en las hojas
Un pequeño punto  de dispersión

Con el otoño no es posible no sentirse vivo
El frío trae consigo ese misterio suave del desacierto
En algunos abriles se florece, pero en este sitio las hojas dominan

Tras su crujido y muerte su danza con el cielo.